Satanismo: la religión temida (parte 2)
— Magister Peter H. Gilmore —
Básicamente, esto resume los rudimentos de la filosofía Satánica. Ciertamente no tiene nada que ver con el ideal Judeo-Cristiano de altruismo y autosacrificio, y para alguien que haya crecido en ese ambiente, puede parecer algo extraño y atemorizante. De manera realista, el código de comportamiento Satánico está basado en la naturaleza humana tal cual es, y para quienes no han sido lo bastante adoctrinadas en dicho sistema de creencias anti-vitales y anti-racionales, resulta algo natural . Hoy en día es un hecho que muchas personas se llaman a sí mismas Cristianas, pero no tienen un concepto claro de lo que comprende realmente ésta filosofía, y generalmente se comportan a la manera Satánica. Creemos que ya es hora de que ésto se reconozca y que la gente se denomine a sí misma como lo que en realidad son, y no lo que socialmente sea conveniente para ellos..
Como puedes ver, en la Iglesia de Satán no existen elementos de adoración al Diablo. Tales prácticas son vistas como herejías Cristianas; como la creencia en la visión dualista del mundo (Dios vs. el Diablo) y el elegir aliarse al Príncipe de las Tinieblas. Los Satanistas no creen en lo sobrenatural, ni en Dios o el Diablo. Para el Satanista, él es su propio Dios. Satán es un símbolo del hombre viviendo tal como se lo dicta su naturaleza orgullosa y carnal. La realidad detrás de Satán es la de la fuerza oscura evolucionaria que es la entropía y que permea todo en la naturaleza y provee los medios para la supervivencia y la subsecuente propagación de todos los seres vivos. Satán no es una entidad consciente que deba ser adorada, sino una reserva de poder dentro de cada ser humano para ser utilizada a voluntad. Por esto es que cualquier concepto de sacrificio es rechazado como una aberración Cristiana —en el Satanismo no hay deidad a la cual sacrificarse.
Los Satanistas tienen experiencias de lo supranormal en la práctica de la magia ritual o Magia Mayor. Esta es una técnica para influenciar en el devenir de los eventos humanos para que lleguen a un fin deseado alcanzando un estado emocional extremo en el contexto de un ritual, dando una visión de lo que uno quiere que ocurra, (Lo que Va a Ser—Is To Be en el original en inglés) lo cual, si tus niveles de adrenalina están lo bastante altos, permeará las mentes inconscientes de aquellos a quienes quieres influenciar, haciendo que se comporten a tu Voluntad en el momento adecuado. Esto no quiere decir que cualquier cosa sea posible, ya que el hacer un buen vehículo para estos eventos requiere mucha energia, y es muy difícil influenciar ciertos hechos debido a la inercia de los acontecimientos presentes en el momento. El ser consciente de las propias capacidades, y de lo que uno es capaz de lograr es la marca que identifica a un exitoso Mago Satánico. La teoría y práctica de la Magia Mayor puede encontrarse en La Biblia Satánicay Los Rituales Satánicos. Los satanistas también practican la Magia Menor, que consiste básicamente en la manipulación cotidiana de tus semejantes para obtener tus fines. Algunas técnicas detalladas son dadas en La Bruja Satánica.
Recientemente hemos visto a ciertos evangelistas e incluso a ciertos académicos denominar al Satanismo como un movimiento neo-Nazi. Este es un rótulo errado. El movimiento Nazi se basaba en gran parte en una doctrina racista de superioridad Aria. El satanismo es mucho más que eso. Si bien existen ciertas diferencias biológicas entre las razas así como niveles de desempeño —estadísticamente demostrables— en varias actividades que difieren de una raza a otra, es bastante irracional pensar que alguien pueda ser o no élite sólo por el color de su piel. Aún si se proviene de un material genético óptimo —y con esto me refiero a progenitores o ancestros que demostraron, con su labor y desempeño, ser mejores que sus semejantes— no garantiza el avance del individuo en cuestión. No, los Satanistas solo reconocemos un individuo como élite si demuestra haber cultivado sus habilidades al nivel de excelencia más alto posible. Esto requiere la virtud satánica de la disciplina, una cualidad que tratamos de inculcar en nuestra propia juventud de hierro. Hay individuos de élite de diferente extracción étnica, y son admirados por el Satanismo como los seres superiores que son—creando así una étnica Satánica única.
El Satanismo valora el individualismo, algo que difícilmente se consigue andando por la calle. Sin embargo, no adoptamos una actitud de indiferencia donde todos los valores son relativos y que nada sobresale por encima del fango de lo común. El Satanismo preconiza un retorno a valores más "tradicionales" en el arte y la literatura como el dominio de la técnica y la comunicación emocional, de forma y función, diseño y desempeño. Los Satanistas encuentran mucho material valioso en la Cultura Occidental que merece ser atesorado como pináculo de los logros humanos, y no para que sean enterrados bajo la capa de los intentos multiculturalistas de desplazarlos con "logros" dudosos simplemente por ser No-Occidentales, como se hace últimamente en algunos círculos académicos. Exhortamos a cada individuo a buscar la grandeza humana donde quiera que pueda ser encontrada, tanto de las bóvedas de la historia y como de los productores talentosos del presente, y hacer mofa de las farsas de moda exponiéndolas como las fachadas superficiales que son. Como el Satanismo defiende la aceptación del Hombre como un animal, y han habido muchos creadores de culturas del pasado que se han apropiado de éste concepto y lo han explorado en el contexto de su sociedad, es por esta razón que buscamos dichas expresiones artístixcas y filosóficas y las consideramos como las raíces de nuestra actual toma de conciencia.
Los Satanistas ven la estructura social de la humanidad como estratificada, de manera que cada persona alcance un nivel equivalente al desarrollo (o la pérdida) de sus talentos naturales. Defendemos el principio de la supervivencia del fuerte en todos los niveles de la sociedad, desde permitirle a un individuo permanecer o caer, hasta permitirle a las naciones que no pueden manejarse a sí mismas, que afronten las consecuencias de su propia incapacidad. Cualquier ayuda en todos los niveles será quid pro quo. A medida que a los débiles se les permita experimentar las consecuencias de un Darvinismo social, habría una reducción concomitante en la población mundial. Así es como siempre ha actuado la naturaleza para curar y fortalecer a sus hijos. Puede parecer cruel, pero así es este mundo. Aceptamos la realidad y no tratamos de transformarla en alguna utopía contraria a la fuente de la existencia. La aplicación práctica de ésta doctrina contemplaría el cese del sistema de asistencia social actual y nuevos programas para premiar y motivar a los individuos sobresalientes de todos los campos para alcanzar la excelencia personal. Una meritocracia remplazará la práctica de injusticias como "la acción afirmativa" y otros programas diseñados para castigar a los hábiles y premiar a quienes no lo merecen.
Los Satanistas también buscan realzar las leyes de la naturaleza concentrándose en fomentar la práctica de la eugenesia. Esta no es una doctrina exótica incubada en la mente de los médicos locos del Tercer Reich. Es una práctica para alentar a las personas de talento y capacidad para que se reproduzcan, a que enriquezcan el material genético del cual puede crecer nuestra especie. Esta era una práctica común alrededor del mundo, como puede probarlo un texto refrendado por la Unión de Templanza Cristiana de Mujeres, hasta que ganó una mala reputación debido a los excesos Nazis. Hasta que el código genético sea descifrado y podamos elegir a voluntad las características de nuestra progenie, los Satanistas buscan juntar lo mejor con lo mejor. Los Satanistas que saben que tienen algún defecto hereditario se abstienen de reproducirse.
Los Satanistas se hallan bastante molestos por el nivel extraordinario de actividad criminal que abunda hoy en día, y por lo tanto abogan por el retorno de la "Lex Talionis" romana, que el castigo iguale al crimen en grado y naturaleza. Para lograr esto, estaríamos complacidos de ver la institución de una fuerza policíaca de élite, de hombres y mujeres con las mejores condiciones físicas y mentales, entrenados en las técnicas más avanzadas de combatir el crimen, que estarían equipados para erradicar la plaga que convierte a nuestras ciudades en poco más que junglas de concreto. El hombre es una criatura social por naturaleza y elabora con sus semejantes un contrato social, estableciendo así reglas de conducta para permitir el máximo de libertad para la interacción de sus miembros. Desobedeced esas reglas y el castigo ha de ser rápido y seguro, y lo más probable, público. Esto no significa la encarcelación de individuos en instituciones a expensa de las víctimas para la supuesta "rehabilitación". No, Estos criminales deben utilizarse en algo, tal vez obligándolos a trabajar para limpiar el ambiente que ha sido tan descuidadamente degradado bajo el dominio de la filosofía espiritual Cristiana que ve al hombre como un ser superior a las otras criaturas vivientes, con un derecho divino a abusar de ellas a voluntad. El hombre es un animal, y debe volver a actuar como tal —sin ensuciar su propio hábitat, como sólo lo hacen los humanos enfermos...